La crisis en román paladino


Merece la pena echarle un vistazo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
D. Leopoldo Abadía una persona que sin saber nada de economía llamemosla academica, es ingeniero, nos ha dado una lección a todos los que nos hemos licenciado en economía pensando que así conociamos los mercados.
Es curioso, la de gente que aún piensa que las viviendas nunca bajan, ¿ dónde estuvieron entre los años 1992-1997?. Hoy mismo el Deutsche habla de una caida del precio de la vivienda del 26% en 3 años, estando el euribor como está ( casi 1.5 por encima del precio del dinero, ¡ LOS HIPOTECADOS ESTAMOS FINANCIANDO LOS PROBLEMAS DEL SECTOR BANCARIO¡, titulizan al 4% con la máquina de hacer billetes del BCE y lo cobran al 5,5%) me parece una previsión optimista. Quien haya tenido oportunidad de vender y no lo haya hecho debe estar tirandose de los pelos, y lo que la gente no sabe, o no quiere saber, es que esto es sólo el principio, en septiembre empieza lo bueno.
Como dice Paramés la crisis son buenas, purgan excesos, y ya es hora de que la gente valore las cosas en su justa medida.
50 metros sin ascensor quinta planta madrid zona centro- tasación hace dos años 220.000, un año 209.000, hoy 160.000. ¿ dónde esta el fondo?.
p.d. Interesante articulo de la razon sobre el fracaso escolar, los profesores de secundaria en España son los que menos número de horas lectivas dan de clase de toda la OCDE.
Anónimo ha dicho que…
Ampliando lo anterior D. Leopoldo Abadía escribe semanalmente en el confidencial, economía desde un punto de vista ético:
http://www.cotizalia.com/cache/2008/06/10/52_cuatro_chavales_chavala.html
Al hilo de este artículo te hago una sugerencia para el próximo post, desde tu experiencia, ¿ Cómo incentivar la cultura del esfuerzo, del sacrificio, como conseguir que unos niños que tienen de todo, que pasan de curso sin esfuerzo, aprendan que el mundo que les espera fuera de la protección familiar es de un nivel de exigencia cada vez mayor?.
Desde la caverna de Platón ha dicho que…
Gracias por tus aportaciones.A propósito de tu observación sobre el horario del profesorado no universitario en España (he visto el artículo de “La Razón” sobre el fracaso escolar, en el que se responsabiliza del problema a la larga jornada de los padres y a la insuficiente dedicación de los profesores) hay que señalar que contamos con cifras para todos los gustos, y que no sé de donde se ha sacado éstas el mencionado periódico. Por ejemplo, en Aceprensa.com(http://www.aceprensa.com/articulos/1998/jun/17/
europa-cu-nto-trabajan-y-cobran-los-profesores-de-/) se afirma que los países en los que los profesores trabajan más horas al año son Holanda, España y Dinamarca. Los datos son de 1998, pero no creo que haya cambiado mucho la cosa desde entonces.
Pero lo crucial no es esto. En un artículo que publiqué hace tiempo en la Revista “Aula” de la Universidad de Salamanca señalaba, a propósito de la petición de continuos aumentos del presupuesto para Educación por parte de los sindicatos, que la enseñanza, tal como está concebida, es como un Midas inverso: “todo lo que toca lo convierte en mierda”. De nada serviría triplicar el presupuesto, ni triplicar el horario de los profesores, que acabemos viviendo en los Institutos y llevándonos a los hijos de los españoles de vacaciones estivales a cualquier lugar cutrísimo de la costa. El problema es que ya no estamos haciendo lo que teníamos que hacer, nos ocupemos en la encomienda 35 horas o 60. Los profesores ya no estamos enseñando. Y para que dejemos de hacerlo se han empleado en los últimos veinte años todas las fuerzas legislativas del Estado. Somos un servicio social barato de asistencia y acogida de niños y adolescentes (y de minorías desintegradas) en ausencia de sus padres y punto. El traslado de los niños de 12 años a los Institutos ya puso de manifiesto de qué iba esto. El artículo de “La Razón” tiene que ser leído en otra clave: la enseñanza fracasa porque nuestros hijos deberían ser alojados más horas en los centros “educativos”. ¡Qué poco tiempo tenemos para atender a nuestros hijos y qué sinvergüenzas son los profesores, que trabajan tan poco y tienen tantas vacaciones! Vamos, ¡un clásico!

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